La Gestalt: una propuesta para facilitar el crecimiento personal

El pasado fin de semana, en el Centro Yu Shan, tuvimos el placer de contar con la presencia de Enrique Villatoro y Leonor Martorell, ambos psicoterapeutas, discípulos de Claudio Naranjo y representantes de la Gestalt en Barcelona. Este evento fue organizado por Miguel Oramas y Remedios García, también psicoterapeutas y representantes de la Gestalt en Tenerife.

Verles y escucharles, a ras de suelo, en la Charla previa al Taller sobre los fundamentos de Gestalt, despertó el interés de algunas personas que, como yo, estuvimos presentes en ella. Personalmente, palabras como conciencia, darse cuenta, aquí y ahora, coherencia, responsabilidad, etc., me cautivaron como punto de partida para un trabajo de crecimiento personal. Así que, despierta la motivación, ya no pude dormirla y me inscribí, junto a una veintena de personas más, dispuestos a viajar hacia algún lugar del interior de nosotros mismos.

Durante los dos días que duró el encuentro la propuesta de trabajo planteada al grupo fue práctica y vivencial, tal vez porque la vida no entiende de teorías, la vida te plantea situaciones, tienes que tomar decisiones, involucrarte, responsabilizarte y de las experiencias que resultan aprendemos o mal aprendemos, según se mire. Y cada uno lo hace desde su persona, desde sus características, desde lo vivido y lo sentido.

Las dinámicas sugeridas, originales y variadas, nos permitieron traer al presente aspectos de nuestro mundo interno que podrían estar interfiriendo en nuestro proceso de crecimiento y madurez personal. Poco a poco nos invitaron a sentir, identificar, evocar recuerdos instalados en nuestra memoria corporal, a hablar de ello, reflexionar, gritar, llorar, reír, bailar, reconocer o imaginar un futuro a la medida de cada uno. Trabajamos integralmente: con nuestro cuerpo, nuestros pensamientos y nuestras emociones; contactamos con cada uno de estos tres niveles, reconociendo lo que nos pedía cada uno y dónde podían estar los nudos o atascos que nos impiden satisfacer nuestras necesidades y armonizar estos tres niveles de nuestra existencia.

A  la mayoría de los asistentes, la Gestalt se nos ha revelado como una herramienta para hacernos más conscientes de lo que nos ocurre interiormente y responsabilizarnos de ello; para asumir los cambios necesarios y encontrar un punto de coherencia o equilibrio interno que facilite la relación con nosotros mismos y con los demás. Además, conocimos técnicas para gestionar las relaciones interpersonales de manera igualitaria, libre y responsable; para decidir y actuar en nuestra vida de manera congruente; para reconocer, integrar y, si es necesario, transformar nuestro modo de sentir las vivencias, de modo que no nos impidan progresar o hacernos dueños de nuestra vida. Es, sin duda, una forma de alcanzar bienestar, desarrollo personal y humano.


Agradezco a todas las personas con las que he compartido esta experiencia. ¡Espero verles pronto por aquí!.

Ana Castro, directora y docente del Centro Yu Shan.