La belleza de la práctica Mindfulness: un relato de Débora Tejera

na de las cosas que más me gusta de acompañar a las personas en su trayectoria vital es poder ser testigo de ese proceso mediante el cual comienzan a descubrirse, a verse cómo son en realidad. Cuando empiezan a darse cuenta del enorme potencial que tienen y a conectar con la increíble capacidad de desarrollo que yace latente en su interior.

Abriendo los ojos …

En estos días en los que nos acercamos al ecuador de nuestro primer taller de iniciación a la práctica Mindfulness, vuelvo a asistir, sobrecogida y maravillada, a la magia de este proceso.

Está siendo una experiencia muy bonita, la sinergia que se ha creado en el grupo, el sentir cómo cada una aporta lo que las demás necesitan…

Y para mí en especial, poder asistir como testigo silencioso a ese despertar de la conciencia que están experimentando, cada una a su manera.

a una nueva manera …

Es un privilegio escucharlas compartir sus experiencias con las diferentes prácticas. Cómo son cada vez más capaces de estar presentes en sus actividades cotidianas, ¡en momentos en los que les coge absolutamente por sorpresa! Y ver sus caras cuando lo cuentan… su expresión corporal… la sorpresa, la emoción y las ganas de seguir descubriéndose con esta actitud curiosa y amable tan propia del Mindfulness.

Durante el recorrido que hemos realizado en estas 10 clases, la sensación general que se respira es de ser cada vez más capaces de estar presentes. De ir detectando más y más ese estado de semi-trance que llamamos piloto automático y poder “despertar” a más momentos cada vez. De utilizar las herramientas que hemos ido incorporando a lo largo del taller para sentirnos más conectadas y conscientes de qué es lo que elegimos experimentar. Y de desarrollar un mayor sentimiento de apertura y acogida de las experiencias internas y externas que van surgiendo.

de observar el mundo.

En este clima de observación sin juicio que vamos fraguando momento a momento, nos permitimos explorar los eventos y cambiar la perspectiva. Desarrollar un cierto sentido de consideración y amistad para con los desafíos que se nos presentan, pues son los maestros que nos enseñan las lecciones más valiosas.

En definitiva, explorar lo que la expresión “práctica Mindfulness” significa para cada una. Sin idealizaciones, sin acogerse a los significados que tiene para las demás. Es la única manera de crear una práctica significativa y que nos guíe hacia un mayor compromiso con nuestra vida.


Si sientes que te gustaría experimentarlo por ti mismo(a), únete a la segunda edición de este taller que arranca a principio de enero. Me gustaría ser parte de tu historia y transitar juntas(os) este bello proceso de despertar consciente.