El Taichi Chuan combina ejercicios de respiración, concentración mental y movimiento moderado de prácticamente toda la musculatura del cuerpo. Pese a que algunos estilos son más exigentes físicamente que otros, en general es un ejercicio que, por sus características, y siempre que se adapte a las posibilidades físicas de cada persona, no tienen ningún efecto adverso.
Numerosos estudios publicados demuestran que la práctica regular del Taichi Chuan aporta múltiples beneficios a nuestro organismo.
NIVEL LOCOMOTOR
Incrementa el equilibrio, la fuerza, la flexibilidad y la resistencia muscular.
El Taichi Chuan fortalece tanto las extremidades inferiores como las superiores, así como los músculos de la base de la espalda y el abdomen.
También mejora el equilibrio y reduce el riesgo de caídas porque ayuda a entrenar y mantener la función propioceptiva o capacidad que tenemos de detectar la posición del cuerpo en el espacio.
Enseña a soltar las articulaciones, relajar la musculatura y modificar la postura, evitando las sobrecargas o tensión excesiva. Protege y fortalece la musculatura que ayuda a mantener las articulaciones ‘sanas’, promoviendo posturas correctas que ayudan a corregir posibles problemas en las mismas.
Mejora la movilidad y la velocidad con la que nos movemos. En un estudio con personas mayores, se encontró que los individuos que practicaban Taichi caminaban significativamente más rápido que aquellos que no lo practicaban.
Previene la aparición de dolores musculares, problemas de columna vertebral y es eficaz a la hora de combatir la artritis reumatoide.
NIVEL CARDIOVASCULAR Y RESPIRATORIO
Ayuda a regular la presión arterial, facilita la circulación, mejora la función pulmonar y refuerza la oxigenación de la sangre.
Un estudio a este nivel concluye que los individuos que practicaron Taichi con regularidad durante un año mostraron mayor capacidad aeróbica que los individuos sedentarios de la misma edad. También se comprobó que se maximiza la independencia y la calidad de vida de las personas sanas y de las que padecen enfermedades crónicas, al favorecer la función respiratoria y cardiovascular.
Es muy beneficioso para los enfermos de asma, gracias al modo en que se realizan respiraciones profundas con cada movimiento. Además, previene la aparición de distintas dolencias cardíacas y es eficaz para mejorar la hipertensión.
NIVEL DEL SISTEMA NERVIOSO
Mejora la comunicación entre los dos hemisferios y regula el sistema neurovegetativo simpático y parasimpático.
Al trabajar de una forma relajada se consigue que el sistema nervioso, que rige y controla todos los órganos y sistemas del cuerpo, influya positivamente sobre el resto del organismo.
NIVEL INMUNOLÓGICO
Estimula nuestras defensas.
La práctica regular, aumenta la resistencia de nuestro organismo y la capacidad para defenderse ante cualquier enfermedad.
NIVEL PSICOLÓGICO
Aumenta la concentración y reduce los niveles de estrés y ansiedad.
La respiración junto con la concentración con la que se debe realizar cada movimiento de Taichi supone un modo efectivo de relajación. Es una meditación en movimiento.
En este sentido, contribuye a prevenir el insomnio y a mejorar la calidad del sueño.
NIVEL DEL SISTEMA DIGESTIVO
Contribuye a mejorar sus funciones.
La respiración abdominal favorece la motilidad intestinal, el ejercicio aumenta la salivación, ayuda en la digestión y regula el control del apetito.
Al reducir el nivel de estrés en todo el organismo puede producir mejoría en el síndrome de colon irritable, reducir la acidez y el reflujo gastroesofágico.
NIVEL EMOCIONAL
Aumenta la vitalidad, el equilibrio y el bienestar general.
La práctica continuada de Taichi es fundamental para guiar y canalizar de forma adecuada la energía vital de nuestro organismo. El ejercicio libera endorfinas, sustancias que actúan directamente sobre el cerebro produciendo una sensación de bienestar y relajación inmediata. Además, la buena práctica requiere de concentración, sensibilidad, reflexión y orden, lo que contribuye a que la persona se haga más consciente y disciplinada, mejorando su actitud, haciéndose más tolerante, flexible y positiva ante lo que acontezca en su día a día.
Ana Castro. Directora y docente en el Centro Yu Shan.